La formación de una cicatriz es parte de la etapa final de la curación de una herida. En un proceso normal de curación, se produce una disminución progresiva de fibroblastos y células endoteliales, seguido de un aumento de los haces de colágeno, que se entrelazan entre sí para crear una fuerza tensional eficaz en dicha cicatriz.
Cuando se desestabiliza el balance metabólico de este proceso normal de cicatrización, se produce una sobreproducción de fibras de colágeno, lo que conduce a un crecimiento anormal de la cicatriz sobre el nivel de la piel, manteniéndose esta cicatriz anormal en la fase de hiperemia, sin disminuir la densidad inicial de fibroblastos y la de células mesenquimales.
Este exceso de fibras de colágeno se clasifica como cicatriz hipertrófica, queloide, ensanchada, contractual o atrófica.
Mepiform ha demostrado clínicamente su eficacia en la reducción y prevención de cicatrices.
Mepiform® consiste en una lámina de silicona compuesta de poliuretano y tela sin tejer, cubierto por un gel de silicona con microadherencia selectiva. La cubierta de poliuretano lo hace impermeable a líquidos y permeable a gases, con lo cual el paciente puede ducharse con él, pero la piel no está en un ambiente oclusivo. Es un producto muy fino y adaptable, lo que facilita que se pueda colocar en zonas anatómicas comprometidas, sin restarle calidad de vida durante el tratamiento al paciente, es muy fácil de utilizar y, su color piel lo hace muy discreto.